Acceder a internet en cualquier parte ya es algo habitual, podemos conectarnos de manera gratuita en cualquier momento y lugar siempre que contemos con una tarifa de datos. Hemos adoptado el hábito de buscar acceso a la red WiFi cuando llegamos a un sitio como una cafetería, metro, estación. Pero, contar con esta comodidad, puede tener su riesgo y encontrarnos con cibercriminales. A continuación, te contamos cómo encontrar el equilibrio entre utilidad y seguridad.

¿Qué riesgos corremos al usar una red WiFi pública?

Conectarse a una red pública, puede llevar a enfrentarse a un robo de datos. Transferimos mucha información valiosa de manera online y, si los cibercriminales obtienen tus datos de pago, tus credenciales de inicio de sesión, tus documentos, conversaciones privadas, etc., pueden desviar tus ahorros y secuestrar tus cuentas.  Con el acceso a tus cuentas podrían hacerse pasar por ti y distribuir spam o robar dinero a tus contactos, o encontrar material susceptible de chantaje en tu historial de conversaciones.

Y, si te conectas a una red no segura desde un dispositivo de trabajo, los datos de tu empresa también podrían terminar en manos equivocadas. En algunos casos, los cibercriminales incluso podrían infectar tu dispositivo con malware sin que te des cuenta y éste seguiría estando ahí incluso cuando te desconectes del hotspot peligroso.

Por lo tanto, para mantenerte a salvo en redes públicas, te pasamos los siguientes consejos:

Precaución con las redes WiFi públicas.

Las redes WiFi que están abiertas no son adecuadas para tratar información importante.  Si inicias sesión en algún servicio, podrías comprometer tus cuentas. Cualquier dato que envíes o recibas mediante una red WiFi pública podría ser visible para cualquiera con acceso a la misma red, lo que podría ser cientos o miles de extraños en un lugar público. El uso que se le debería dar a una red WiFi no debería ir más allá de lectura de noticias.

Incluso si una red tiene contraseña, no significa que sea segura. Un atacante podría conectarse tan fácilmente como tú, ya que estas contraseñas normalmente están visibles para todo el mundo en los establecimientos.

Atento al nombre de las redes

Algunos cibercriminales van más allá y, en lugar de conectarse a las redes wifi públicas existentes, crean y atraen a sus víctimas a redes propias con nombres similares. Un ejemplo podría ser esto. Si la red real es por ejemplo Coffeebar, algunos usuarios podrían conectarse por error a C0ffeebar_guest, y, así, darles a los criminales fácil acceso a toda la información.

Antes de conectarte a una red pública nueva, tómate un momento para verificar los nombres de las conexiones disponibles. Presta especial atención al orden de las palabras, letras reemplazadas con números de formas parecidas, guiones bajos adicionales, etc.

En este sentido, también hay que prestar atención al protocolo HTTPS, que nos garantiza que la información que se transmite entre dispositivo y web sea cifrada en la transmisión.

Desactiva la conexión automática a la red wifi.

Nuestros dispositivos inteligentes nos intentan simplificar la vida ofreciéndonos la conexión de manera automática a las redes abiertas o conocidas. En muchos sistemas, esta opción se habilita por defecto. Desafortunadamente, esto ayuda también a los cibercriminales al conectar los dispositivos antes de que los usuarios legítimos tengan oportunidad de tomar precauciones y detectar un posible malware, lo que podría llevar a entregar las contraseñas directamente a los ladrones de datos.

Te recomendamos:

·      - Configurar tu dispositivo para que pregunte antes de conectarse en la opción de ajustes WiFi.

·      - Desactivar la conexión automática a las redes.

·       - Apagar la red WiFi cuando no lo estés utilizando.

·       - Eliminar del dispositivo desde el que te conectas las redes WiFi que sean públicas una vez que termines de utilizarlas.

Evita las redes wifi poco seguras para servicios que requieran autenticación.

Lo ideal sería que sólo se iniciara sesión en cuentas personales, bancarias, etc. desde las redes del trabajo o de casa siempre que se manejen datos sensibles.

Si por algún motivo tuvieras que entrar en la red de tu banco, utiliza datos móviles. Incluso cuando te encuentres en el extranjero, y el cargo que te cobren por Roaming pueda ser elevado, siempre va a ser más barato que perder información sensible.

Instala una solución de seguridad.

La mejor manera de mantener tus dispositivos a salvo cuando utilizas una red pública es instalar una protección de confianza. Las aplicaciones de red virtual privada (VPN) protegen tu privacidad al cifrar la información y mantenerla oculta antes de enviarla al enrutador. Al elegir una solución de conexión segura, asegúrate de que puedas confiar en los desarrolladores. Es importante que utilice el protocolo seguro y de confianza OpenVPN y no registre el tráfico de los usuarios.

Configura la aplicación de VPN para que se encienda de manera automática en las redes públicas.

Puedes activar de forma manual una conexión segura antes de abrir aplicaciones importantes, pero lo mejor es no depender solo de tu memoria. En su lugar, configura tu aplicación de VPN para activar la conexión segura de manera automática cada vez que te conectes a una red WiFi pública.

Las redes públicas albergan muchos peligros ocultos, pero tampoco hay que descartarlas del todo ya que nos permiten aprovechar el servicio de Internet allá donde estamos. Eso sí, está en nuestras manos ser precavidos y añadir protección adicional a tus aplicaciones y a tus hábitos en materia de ciberseguridad.

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